jueves, 4 de junio de 2009

El viejo de la bolsa

Resulta que aparece un problema. Por ejemplo, que Fdl no logra conquistar a quien quiere, entonces, ¿qué pasa? Fdl sufre, ¿y qué hace? un resumen de toda la miseria de su vida, y la mete en la misma bolsa.
Como no logra esa conquista, Fdl cree que su vida se va al tacho y empieza a enumerar desgracias (o lo que cree que lo son, porque Fdl es muy creativa): que no consigue el trabajo de sus sueños, que no logra encontrar al amor de su vida, que todo se le descompone, que etc. etc. y etcéteras varios.
Es que aFdl le gusta sentirse desdichada, ya lo sabemos. Es la protagonista de una novela que en realidad solo existe en su cabeza. Fdl trabaja en las películas de los 50's. Se siente una diva maquillada y peinada a la que no se le mueve nada de lugar por más que le estén asesinando a su hijo recién nacido frente a sus narices.
Fdl pone todo en la misma bolsa, termina sufriendo por cuestiones mínimas que ni siquiera le atañen directamente, llora con publicidades de viejitos felices y bebés gordos, con comedias...
A Fdl le gusta ser Bette Davis, Rita Hayworth, Marilyn Monroe. Es glamoroso llorar con pestañas postizas, y a Fdl no se las saca NADIE.

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