El auto de Fdl no anda. El cuerpo le anda mal. El corazón le funciona para el carajo y... bueno, ni hablemos de la cabeza.
Fdl se deprime por todo al mismo tiempo.
Hay días en los cuales Fdl no se puede ni mirar al espejo. Y hoy es uno de esos días. Se ve fea, ojerosa, se siente mal y todo lo ve negro. Entonces decide ni siquiera pasar cerca del artefacto reflector y se le hace un poco más llevadero el día.
Entonces Fdl resuelve que lo mejor que puede hacer es correrse a un costado porque si sigue tratando de luchar entre los demonios y los ángeles que la acechan se va a volver más loca de lo que está.
Fdl se siente en la mitad de la ruta y no sabe para que lado manejar. No sabe si escaparse o poner 5ta a fonde hacia la realidad. Igual siempre tiene tiempo para pensar... ella vive así.
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