viernes, 12 de junio de 2009

Chocolat

El topo tenía ganas de comer Tofi Blanco y a Fdl le entraron ganas también. A la primera de cambio, cuando tuvo un poquito de ansiedad bajó al kiosco de la esquina de la oficina y se compró uno. Hacía frío y se conformó con la calidez del chocolate (dada la ausencia de cualquier otro tipo de calidez), pero por supuesto después se puso a pensar en las implicancias que tenían sus irrefrenables ganas de comerlo. Enumeró tres:
1) estaba indispuesta,
2) necesitaba levantar el ánimo (el día anterior casi se corta las venas con una galletita de agua),
3) TENÍA HAMBRE, qué más?
Entonces se puso a analizar acerca de los beneficios del chocolate en contraposición con un hombre, ya que tanto la aqueja la cuestión. Enumeró tres también:
1) Es reconfortante y no te pasa factura de que lo es,
2) Es dulce sin esforzarse, lo es por naturaleza,
3) Te calma la ansiedad sin que una se la tenga una que calmar a él.
Decidió entonces, optar por el chocolate. Como si tuviera otras opciones...

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