No tenían turno para cortarle el pelo. Fdl lo usaba por la cintura. Pero como sabemos que es insistente y caprichosa resolvió hacer un trato con el peluquero. Le dijo que si la atendía, le podía cortar 30 cm, hacerle un corte totalmente nuevo.
Fdl prestó su cabeza y se fue con las mechas en la mano.
Como sea, pero Fdl logra lo que quiere, y si se necesita intensidad, se tira a la pileta.
Esa es la historia de como nuestra amiga pasó del largo eterno al look "Amelié".
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